Propuesta 4: Storytelling

 

EL CONEJITO DE LA SUERTE


Había una vez un mago, llamado Pablo, que trabajaba en un escenario de un bar.

Pablo le decía a su público que de su chistera salían muchas cosas, pero no acertaba nunca. Hasta que un día estando en el escenario dijo enfadado a su chistera:

_Aunque sé que no vas a cumplir mi deseo quiero que salga un conejo con las orejas rosas.

En ese momento todo el público le empezó a tirar rosas y el mago Pablo se puso feliz y entonces de su chistera salió el conejo con las orejas rosas que tanto había deseado tener…

Pablo se echó las manos a la cabeza, incrédulo con lo que había pasado, y se dio cuenta de que el espectáculo ya había terminado. Y decidió hacer la vida normal con su familia y su conejo a quién llamó Pedro.

Cuando llegaron a casa toda la familia estaba encantada con el conejo y este intentaba decirles que traía suerte, pero no sabía hablar y no le entendían así que decidió demostrarlo…

Pablo encontró trabajo de carpintero y cobraba 1000 euros al mes. Mateo y Marga eran sus hijos (gemelos de 8 años) e iban al colegio y Mónica era la mujer de Pablo y tenía 45 años y trabajaba como costurera. Cada vez que Pablo llegaba a casa, a las 2 de la tarde, se encontraba la mesa con la comida puesta.

Pero un día, Pedro, pensó:

—¡Pues cada vez que Pablo llegue a casa le daré una sorpresa y así le haré feliz y así se darán cuenta de que de verdad doy suerte.!

Y tal como lo pensó lo hizo… Cada vez que Pablo llegaba a casa recibía una sorpresa… un día se encontraba la casa limpia, otro día recibía 100 euros, otro día recibía una maceta…

Y así día tras día Pablo y su familia se hicieron tan ricos tan ricos que el alcalde de Zaragoza Jorge Azcón, llegó a la puerta de su casa y llamó… Pablo, sorprendido, le dejó entrar y Jorge Azcón, después de saludarlos, les preguntó de dónde habían sacado tanta riqueza.

Pablo después de meditar mucho decidió contarle la verdad y Jorge le pidió un favor:

—Te voy a pedir un favor.

Pablo y su familia, expectantes, esperaron a que Jorge siguiera hablando…

—Estoy pensando que tu conejo Pedro le dé 1000 euros a cada familia necesitada de Zaragoza.

Pablo, muy apenado, le dijo:

—Ese deseo es muy difícil de conseguir porque Pedro no puede conceder deseos fuera de mi casa…

Entre todos se pusieron a pensar en cómo podrían solucionar el problema. Y pensando y pensando llegaron a una solución… ¡Harían una copia para cada familia que lo necesitara y acudirían a casa para que Pedro pudiera obrar su magia!!

Los dos se dieron la mano sellaron el pacto. Al día siguiente todo se cumplió y todos los necesitados tuvieron el dinero.

Al cabo de un mes Jorge Azcón fue a casa de Pablo a felicitarlos y conoció a Pedro e invitó a este a comer. Se lo llevó al restaurante más famoso de Zaragoza y le invitó a lechuga y zanahorias.

Mientras Pedro comía pasó por allí un periodista y extrañado se acercó al alcalde para preguntarle qué hacía allí, comiendo, con un conejo. Jorge Azcón le contó todo y el reportero les grabó con las cámaras.

Cuando Pedro salió en la televisión, las familias agradecidas construyeron una sala de magia para que Pedro pudiera actuar como mago, que era su sueño y a este establecimiento le llamaron «Pedro, el conejo de las orejas rosas».

 

Autora: Mónica

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