LA PÉRDIDA DE REXY
Manolo y Mari Carmen forman una
familia humilde junto con sus hijos, Carlos y Myriam y su perro, Rexy. Rexy
está dejando de ser un cachorro aunque ya casi tiene el tamaño adulto, que es
el de un perro mediano o grandecito. No es de raza pero fue un regalo de
cumpleaños de Myriam, que ahora tiene diez años. Un día de verano la familia
decidió ir al campo, a un pequeño valle boscoso del pirineo aragonés. Allí
pasaron un buen día jugando, comiendo, caminando senderos, explorando y observando
pequeños insectos y setas. Pero el cielo se oscureció y empezó una tormenta
copiosa incluso también eléctrica, la familia se refugió en el coche pero
observaron horrorizados que faltaba Rexy, se había adentrado en la espesura y
ahora no aparecía. Se pusieron muy tristes y decidieron esperarle pero un
guardabosques con chubasquero bajó de un todo terreno y les dijo que tenían que
volver a la ciudad, que podía haber corrimientos de tierra y podían anegarse
las carreteras, que ellos buscarían al perro en cuanto pudieran, así que la
familia se fue de ahí entristecida, Myriam se puso muy triste y empezó a
llorar. Al día siguiente, ya en casa, los guardabosques les llamaron y les
dijeron que no había ni rastro del perro, pero a los dos días, oyeron sus ladridos
en la puerta, el perro había encontrado el camino de vuelta a casa por sí
mismo, de alguna misteriosa manera, quizás el olfato, el instinto o un Ángel de
la Guarda de alguien de la familia, estaba muy sucio y delgado pero había
vuelto y todos se pusieron muy felices, sobre todo Myriam que salió corriendo a
abrazarlo.
Autor: Juan José Pérez
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