AMOR DE MADRE
Una noche mientras
veía una película, tumbada en el sofá, me puse a pensar sobre que podía
escribir mi “storytelling”. Y, ¡Yuuujuu! Por qué no hacerlo sobre el día más
feliz de mi vida. Supongo que por el título alguno de vosotros ya os habréis
imaginado que el día más feliz de mi vida fue cuando tuve a mis dos niñas. ¡Sí!
Nada menos que dos niñas.
Vamos a comenzar
desde el principio, cuando supe que estaba embarazada. La alegría fue inmensa,
tanto para mi marido como para mí, pero también nuestros temores, miedos y
dudas. ¿Lo haremos bien? ¿Seremos capaces? ¿Les fallaremos?... Pero fuimos
positivos y pensamos que todo iba a ir bien, aunque el que fueran “dos bebés”
complicaba todo un poco, sobre todo que el embarazo se había convertido de
“alto riesgo”. Pero bueno, tengo que deciros que la cosa no pudo ir mejor ya
que pude seguir trabajando hasta los siete meses y ¡Sorpresa! A los ocho meses
nacieron sin ningún contratiempo mis dos “pequeñas hijas”. ¡Buah! No os
podéis imaginar cuando vi por primera vez sus caritas, sus manitas y piececitos
¡eran tan chiquitinas!, fue una sensación tan hermosa y apabullante, creo que
no se puede sentir más amor y ternura por dos personitas que acabas de conocer.
Pesaron muy
poquito, ¡un kilo ochocientos gramos!, así que se tuvieron que quedar once días
ingresadas en la UCI de neonatos del Hospital Clínico, hasta que cogieron un
poco más de peso y nos las dejaron llevar a casa. Fueron días duros, ya que a
mí me dieron el alta y regrese a casa, pero ellas se quedaron allí ingresadas.
Sin embargo, ¡Qué nervios! ¡No os lo podéis ni imaginar! Cuando nos dijeron que
ya nos las podíamos llevar a nuestra casa. ¡Qué ilusión! Cuando llegamos a casa
y las echamos por primera vez en su cunita.
Desde ese día en
que entraron por la puerta de casa, todo cambio. Cada día aprendíais algo nuevo
y nosotros con vosotras lo mismo. No se me olvidará jamás cuando dijisteis
vuestra primera palabra “ajo”, ni que aprendisteis a decir antes “papa” que
“mama”… "buaaa". También recordaré siempre cuando disteis
vuestros primeros pasos, vuestros primeros chichones, el cuando aprendisteis a
nadar, a montar en bici o de cuando tocasteis por primera vez un pollito o un
perro… En mi memoria también queda grabado vuestro primer día de clase, cuando
entrasteis las dos cogiditas de la mano con vuestra bata de cuadros y la
profesora os puso a cada una en vuestra fila. ¡Qué recuerdos!
Todos estos años
hemos pasado tantas cosas juntas. ¡Hemos reído y llorado un montón! Y ahora
habéis pasado de ser unas personitas indefensas, que nos necesitabais para
todo, a ser ya unas mujercitas maravillosas. Tanto papa como yo estamos muy
orgullosos de vosotras, ya que habéis aprendido mucho por el camino. Me encanta
que seáis tan cariñosas, luchadoras, risueñas y responsables.
Ya empezáis a
“andar solas”, por lo que quiero deciros que siempre estaré aquí para todo lo
que necesitéis y que sabéis, que tanto papa como yo, os ayudaremos y apoyaremos
en todo lo que queráis ser o hacer. Sabéis de sobra que os quiero mucho y que
desde el primer día que os tuve en mis brazos deje de pensar en “mí” para
pensar en “vosotras”. Habéis hecho que mi corazón sea más grande cada día
porque en él ha habido una montaña rusa de emociones que me han ido
enriqueciendo cada día más. Estoy encantada de poder recorrer con vosotras dos
el camino de la vida. ¡Os quiero chicas!
Autora: Maricarmen
Comentarios
Publicar un comentario
Nos interesa tu opinión si la expresas con respeto. No admitimos publicidad.