UN HOMBRE DE ÉXITO
Llevaba dando
tumbos y sin rumbo mucho tiempo, ¿mucho tiempo? Vaya, desde que tuvo
consciencia de sí mismo.
Escuchaba a
personas de su entorno que hablaban de objetivos, de proyectos y de metas para
sus vidas. Él nunca en su existencia había tenido o visto con claridad un
proyecto de futuro, se podría decir que se dejaba mecer por los vaivenes de la
vida.
Vivir en una
sociedad en la que, para considerar que fluyes dentro de lo que algunos dan en
llamar "normalidad", hay que cumplir unos estándares. Estándares que a él ni le seducían, ni le motivaban.
Un día que se
levantó con la mente algo más clara y las ideas menos dudosas, decidió que
trabajaría por cuenta propia, sin tener que aguantar impertinencias ni de
jefes, ni de compañeros "trepas", según él.
Planificó al
detalle ese primer proyecto de su vida, preparó todos los elementos necesarios
para no tener posteriores sobresaltos.
El despertador
sonó a las siete de la mañana, una buena hora para no coincidir con otros
clientes.
Al salir de casa
se ocultó cuando vio al vecino del segundo, trabajaba en el banco del chaflán
desde los 18 años, entró de botones y, míralo, ahora de director de sucursal.
–¡Manos arriba!
¡Esto es un atraco!
–¡Ramón...! –le
saludó su vecino del segundo.
Ramón no daba
crédito, había olvidado el verdugo en casa.
Autora: Asun
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