Propuesta 4: Storytelling

LA PRUEBA



Mi respiración comenzaba a acelerarse solo pensando en ella, el flujo de mi sangre se retraía conforme tú te ibas acercando y mi cuerpo comenzaba a tener sudores antes olvidados. Creo que incluso las piernas me flojeaban recordando la última vez que tuvimos una cita.

Había salido de casa con tiempo ya que la puntualidad era importante para ti y para mí. Las cosas había que hacerlas bien, después todo sería igual, yo volvería a mi rutina y tú seguirías haciendo lo que mejor sabías hacer.

Esa mañana llevaba una camisa puesta cuyos botones eran fáciles de desabrochar. Así con delicadeza tú podrías adentrarte hasta mi piel y hacer lo que tan bien sabias hacer. Entré hasta tus aposentos y tú con voz suave me dijiste que me tumbara sobre la camilla.

El olor a alcohol y lejía comenzaron a nublar mis ojos y en un segundo mi cuerpo se desvaneció sobre un suelo que no sé si estaba frío o caliente. No recuerdo el tiempo que pasé allí tumbado, pero al abrir los ojos una voz cálida me habló.

“Javier, Javier. ¿Cómo estás? Ya te hemos sacado sangre para la analítica, has sufrido un pequeño desmayo, pero ya todo ha pasado. Puedes marcharte cuando quieras”. Me dijo sin más.

Al levantarme, la cabeza me dolía del golpe, me bajé la manga de la camisa y poniéndome el abrigo salí al exterior del centro de salud.

El resultado de la analítica me lo dirían en unos días, pero seguro que aquellos momentos previos a los resultados, no serían igual que antes de la extracción de mi sangre.


Autor: Javier

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