EL TIEMPO HA PASADO MUY DEPRISA
Nunca me lo había planteado porque el tiempo ha pasado muy
deprisa y mis hijos han crecido sin darme cuenta.
La palabra me sonaba a persona mayor, y yo aún me siento joven;
bueno, por lo menos de corazón y espíritu.
De repente ellas llegaron a mis brazos y mi regazo se
volvió a llenar de una vida llena de brillo y de una nueva felicidad.
Con mis pequeñas, mi juventud ha vuelto, alargándose en un
camino de juegos en el suelo, encima de la cama, en… cualquier sitio, porque
con ellas todo se transforma en un paraíso de ensueño e imaginación.
Son la luz en la oscuridad en mi tiempo de tristeza. Son
como aquel dulce de feria que miras, cuando gritan: ¡YAYA, YAYA! Si son mis
NIETAS, y yo soy su ABUELA.
Autora: María José
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