Cuando finalmente llegó el verano lo
hizo lleno de belleza y violencia. De belleza, porque las lluvias nocturnas
refrescaban la atmósfera, prolongaban el esplendor de la primavera y lo
extendían a lo largo del mes de julio, manteniendo el verdor y la juventud del
follaje; y de violencia, porque los vientos que azotaban el sur de Inglaterra
afectaban también al resto del país y lo lanzaban en una danza frenética.
A mediodía caminaba ya por una calle
principal de Nir, donde había estado anteriormente. Era esta ciudad el lugar
más alejado que él había visitado tiempo atrás en esa dirección.
De todos modos, le interesaban más
los objetos que se encontraban encima del altar. En cada una de las puntas de
la estrella, centelleando bajo la luz rojiza e incierta de las antorchas, había
una enorme gema verde del tamaño de un huevo de gallina. En el centro del
diagrama había una estatuilla verde de una serpiente con la cabeza levantada,
que parecía de jade.
Pero en ese instante relampagueó el
gran machete de Jonathan. Dejé escapar un grito al ver como el golpe le cortaba
el cuello; al mismo tiempo, el cuchillo del señor Morris le atravesó el
corazón.
Fue un milagro: ante nuestros ojos,
y casi en lo que se tarda en aspirar, el cuerpo entero se desintegró y
desapareció por completo.
ATRIBUCIONES
“Cuando finalmente llegó el verano lo hizo lleno de belleza y violencia. De belleza, porque las lluvias nocturnas refrescaban la atmósfera, prolongaban el esplendor de la primavera y lo extendían a lo largo del mes de julio, manteniendo el verdor y la juventud del follaje; y de violencia, porque los vientos que azotaban el sur de Inglaterra afectaban también al resto del país y lo lanzaban en una danza frenética.” Algernon Blackwood, El hombre al que amaban los árboles.
“A mediodía caminaba ya por una calle principal de Nir, donde había estado anteriormente. Era esta ciudad el lugar más alejado que él había visitado tiempo atrás en esa dirección.” H. P. Lovecraft. En busca de la ciudad del sol poniente.
“De todos modos le interesaban más los objetos que se encontraban cerca del altar. En cada una de las puntas de la estrella, centelleando bajo la luz rojiza e incierta de las antorchas, había una enorme gema verde del tamaño de un huevo de gallina. En el centro del diagrama había una estatuilla verde de una serpiente con la cabeza levantada, que parecía de jade”. Robert E. Howard y Le Camp. El aposento de los muertos.
“Pero en ese instante relampagueó el
gran machete de Jonathan. Dejé escapar un grito al ver como el golpe le cortaba
el cuello; al mismo tiempo, el cuchillo del señor Morris le atravesó el
corazón.
"Fue un milagro: ante nuestros ojos, y casi en lo que se tarda en aspirar, el cuerpo entero se desintegró y desapareció por completo”. Bram Stoker. Drácula.
Autor: Juanjo Pérez
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